En un cambio brusco de táctica, en la más reciente protesta social el gobierno dominicano optó por dejar al ejército en los cuarteles y sacar a la calle a la fuerza policial.
El pasado miércoles, alrededor del barrio capitalino de Capotillo, en el norte de Santo Domingo, el gobierno desplegó una poderosa fuerza militar equipada con rifles M16 y armas de asalto.
Mientras que este jueves, al entorno de la emblemática Puerta del Conde, en la periferia de la Zona Colonial, las autoridades optaron por desplegar a la fuerza policial.
En ambos casos esas fuerzas estaban preparadas para enfrentar posibles protestas violentas que, en ningún caso se produjeron.
Los manifestantes de Capotillo y los de la Puerta del Conde, en esencia tenían los mimos reclamos, esto es rebaja de los precios de los alimentos, de los combustibles y de los servicios, entre otros.
¿Qué pudo motivar el cambio de táctica?
El gobierno está convencido de que está bajo el acoso de un presunto plan desestabilizador supuestamente auspiciado por la oposición.
Sin embargo, no ha presentado ninguna prueba que sustente su denuncia.
Ahora bien, ¿Qué pudo motivar el uso de tácticas diferentes en las dos protestas?
En la primera, la del barrio Capotillo el temor era que multitudes de vecinos salieran a las calles y desbordaran la capacidad de la fuerza policial, por ese motivo optaron por hacer una demostración de fuerza feroz con soldados y tropas anti guerrillas en las avenidas.
La demostración de fuerza procuraba tener un efecto paralizante en posibles promotores de las protestas.
Sin embargo, la exhibición de la fuerza militar armada en las calles, derivó en que fuera posible captar escenas en fotos y vídeo que ayudaban a crear la percepción de que, efectivamente, el país caribeño estaba en medio de una escalada hacia la desestabilización de la paz social y la estabilidad política.
Esas imágenes llegaron a las redes sociales y fueron vistas en el extranjero, lo que, a su vez, tiene el potencial de crear temores entre turistas e inversionistas.
Por otra parte, en el caso de la protesta de la puerta del Conde, a orillas de la Zona Colonial, el gobierno tomó la decisión de no enviar la fuerza militar armada, sino a un nutrido grupo policial con capacidad para contener a los manifestantes.
De hecho, Laprensa.pro, observó a miembros de la fuerza policial riendo de forma alegre y distendida.
Quizás los organismos de inteligencia concluyeron que en esa zona no era necesaria la presencia de soldados porque los turistas que visitan la zona los verían y se llevarían una mala impresión.
A pesar de todo, el gobierno luce temeroso ante las protestas que son anunciados y no se descarta que, desde la próxima semana, soldados listos para el combate sean enviados a las provincias del noreste donde son anunciadas manifestaciones.
Generalmente, en esas provincias, las protestas sociales tienden a ser más violentas y, con frecuencia, se han saldado con ciudadanos asesinados por la fuerza militar y policial.